25 de abril 2019
El uso subversivo del espacio y ambiente en la Ghetto Biennale
Introducción
Cuando vemos arte en un museo, el ambiente muy blanco, estéril y vacío plantea un fondo que pretende ser lo más neutral que se pueda lograr para cada obra. Sin embargo, esta gran caja blanca afecta la experiencia del arte. Construye un contexto aislado de todo para que exista cada obra sin ningún indicio de temporalidad ni espacialidad. La Ghetto Biennale evita este fenómeno porque en lugar de quitar el ambiente de las obras de arte de que se compone depende en la comunidad y sus habitantes en su esencia. La creación de una gueto bienal realiza un medio formal para posibilitar la interactuación de una comunidad aislada del mundo de arte prestigioso con esa esfera mundial artística. Es así que la Ghetto Biennale rescata su propio espacio en el escenario global al estilo propio que obliga a los participantes interactuar con la ciudad y su gente en su verdadero contexto político-cultural.
Historia y propósito de la Ghetto Biennale
La Ghetto Biennale es un festival de arte en los barrios Lakou Cherie y Ghetto Leanne que están ubicados en la capital de Haití, Port-au-Prince (Gordon). El grupo colectivo de artistas Atis Rezistans dirige la bienal cada dos años. La primera Ghetto Biennale ocurrió en 2009 y fue fundada por el artista haitiano André Eugène y la artista inglesa Leah Gordon (Vanneschi). A su fundación, ellos dos vieron la desigualdad que enfrentaba artistas haitianos que querían mostrar su arte fuera del país. Por ejemplo el 2011, dos años después del comienzo de la Ghetto Biennale, fue el primer año en que la Bienal de Venecia permitió a algunos miembros de Atis Rezistans participar en la exposición global del Pabellón haitiano (Di Liscia). Además la falta del acceso a las visas presentó un gran obstáculo a estos artistas haitianos (Vanneschi). Entonces Eugène y Gordon esculpieron un caballo de Troya en una bienal que importara otros artistas no haitianos a la península para facilitar intercambio de ideas y colaboración artística internacional (Vanneschi). La instauración de la Ghetto Biennale marcó un momento de subversión de la política restrictiva que ha asfixiado no sólo Haiti sino el Caribe entero y el sur mundial. Esta subversión sigue en la trayectoria independiente y proactiva del país que se planteó en la Revolución haitiana que se logró su independencia de Francia.
Parecido al nacimiento de Haití de sublevación esclava la Ghetto Biennale revindica el derecho de la gente haitiana para imponerse como poder internacional. En su revolución se declaró una nación independiente mientras tanto fue rodeado por todos lados de colonias europeas. Actualmente, los poderes occidentales predominan el arte que se considera culto. Haití se había mantenido al lado de este circuito artístico muy interconectado, globalizado y bien financiado (Carrigan). Sin acceder esta red del occidente, el proyecto de la Ghetto Biennale otorgó a la gente haitiana un festival con impacto local y valor internacional y todo se llevó a cabo desde abajo sin depender mucho en recursos externos. Esta tendencia hacia la función independiente incluso influyó uno de los temas de la cuarta Ghetto Biennale, lo cual conmemoró el sistema Lakou en Haití (Gordon). Este sistema para regular las tierras rurales del país se estableció y se mantiene totalmente aparte del estado, y por tanto rescata el control del pueblo haitiano de modo subalterno (Gordon).
La transformación del espacio y su mantenimiento simultáneo
Hasta el nombre "Ghetto Biennale" el festival entreteje un evento que suele ser socioeconómicamente exclusivo con un sitio que representa pobreza, delincuencia, y porquería en los imaginarios de las personas que normalmente se encuentran en las bienales del mundo. Los creadores del festival lo califican como un espacio "caótico, amorfo y de-institucionalizado" (Gordon). El evento acontece en el punto sureño de la avenida principal de Port-au-Prince, Gran Rue, donde hay una comunidad que lleva una tradición histórica de arte y religión (Atis Rezistans). Es una comunidad vulnerable y empobrecida económicamente pero culturalmente rica (Atis Rezistans). Muchos miembros del colectivo Atis Rezistans crecieron en este barrio y llevan años ensamblando sus obras de desecho del ambiente gueto de Gran Rue. Por lo tanto, las personas que vienen a la Ghetto Biennale encuentran los artistas locales en su contexto cotidiano y experimentan el uso de las calles y los callejones como talleres. Las piezas de Atis Rezistans se difunden orgánicamente por el espacio público de su propia comunidad. La cualidad material de sus obras tienen influencia destacable del entorno urbano, así que Gran Rue es un distrito en que se improvisa el arreglo de carros (Atis Rezistanso). Estos materiales, como los pedazos de metal, las gomas de carro, el carbón, la madera, y la basura botada en la calle, llevan connotación negativa que el mundo externo asocia con la condición deteriorada y descuidada de su imagen de Haití. Cuando se los convierten en piezas de arte se les dan nuevos significados que evocan más la belleza y la utilidad. Con su estética mecánica y urbana el arte refleja su ambiente mientras lo transforma en espacio que pide ojo crítico de sus peatones.
Como mencioné que la Ghetto Biennale es una exhibición de arte que no separa las obras de su contexto espacial, tampoco borra la presencia humana de las obras como puede hacer las galerías techadas blancas. Esto se logra por obligar a los artistas invitados llegar sin materiales y construir su arte con lo que encuentran en el espacio público. Esta condición promueve la colaboración entre los artistas de Port-au-Prince que están acostumbrados a escarbar materiales en las calles y los artistas de otras regiones del mundo. Durante las semanas antes de la bienal todos trabajan juntos para construir sus obras en los mismos lugares donde el público pronto las verá (Gordon).
La Ghetto Bienale valora no sólo las personas que hacen el arte sino también los espectadores del arte. En las pautas de participación comentan que sólo 50 por ciento de la población de Haití es alfabetizado, así que proyectos que utilizan mucho el texto pueden causar problemas de accesibilidad local (Gordon). Este anuncio establece que el festival se dirige a aquél mundo artístico extranjero sino a la comunidad que ya existe en el espacio. También implica que los espectadores tienen el derecho de entender las obras del festival y de entrar en las discusiones del arte que muchas veces se quedan en los ámbitos académicos inaccesibles. Desde su énfasis en la entrada a los conceptos y a la experiencia del arte para el público general, la Ghetto Biennale perturba las normas del arte institucionalizado que en la historia del occidente existía para la comprensión de la burguesía.
La problemá6ca en el consumo del arte
La unión de artistas que no podían salir de su país con artistas que han viajado desde varias partes del mundo no se lleva a cabo sin choques de perspectivas culturales. Ciertas dinámicas de poder económico y político se manifiestan en este ámbito. Cuando miramos los motivos tanto para los haitianos que para los extranjeros participar en la bienal, encontramos las maneras en que el evento representa más que una mera oportunidad de crear y ver arte. Para los extranjeros este festival pudiera llegar a ser una forma de «turismo de la pobreza» (Gordon). Es decir, existe un motivo que surge del fetichismo de lo urbano deteriorado del Caribe o del exotismo de una estética haitiana en los participantes extranjeros. Por el lado de los habitantes de la comunidad, podía que viesen a la bienal tan sólo como una oportunidad de establecer conexiones que les permitieran salir del país o de establecer un mercado para los artistas haitianos (Vanneschi). Estos motivos no son tan peligrosos como los de los extranjeros, pero son de igual importancia para investigar el propósito verdadero de la existencia de la Ghetto Biennale.
El desequilibrio de poder se realizó en práctica cuando los artistas no haitianos empezaron a valorar su arte por lo que logró para el pueblo haitiano. Co-fundadora y directora Leah Gordon respondió a esta tendencia, "la Ghetto Biennale no es una ONG explotando una comunidad", para rectificar la jerárquica que iba formándose entre los artistas (Vanneschi). Los artistas haitianos también comenzaron a comportarse dentro de una estructura jerárquica cuando algunos escogieron trabajar bajo la dirección de otros artistas en lugar de colaborar con ellos (Vanneschi). A pesar de su ideología subversiva de equilibrar las desigualdades del mundo artístico, la Ghetto Biennale todavía existe dentro de un sistema mundial en que los artistas haitianos tienen que aprovechar de la oportunidad de conectarse con los mercados externos y los artistas no haitianos son conscientes de su posición de privilegio en la sociedad haitiana. Y es precisamente por esta dinámica social que la Ghetto Biennale puede abrir conversaciones que necesariamente llaman la atención a estas problemáticas que persisten en el mundo de arte.
Otra contradicción que salió en la bienal fue que los artistas haitianos quisieron vender su trabajo mientras tanto los artistas extranjeros se preocupaban de la mercantilización del arte (Vanneschi). Los artistas no haitianos trataron de no permitir la entrada del capitalismo en el festival. Desafortunadamente para ellos, el capitalismo ya había llegado a la península hace siglos y fue una de las razones primarias por la necesidad de crear una gueto bienal. En contraste los artistas haitianos no percibieron una exposición de arte sin la venta de ello. Como las obras ya eran de materiales tangibles eran vendibles, y por tanto eran oportunidades para ganarse dinero (Vanneschi).
Puede que la Ghetto Biennale sea un evento anticapitalista en su esfuerzo para conceder oportunidades y ventajas a los artistas de un país con poco poder económico en el mundo. La Ghetto Biennale también sostiene valores anticapitalistas en sus intentos de no ser comercial, de no dar tanta importancia al reconocimiento de los nombres de artistas y de basarse en materiales y procesos gratuitos y accesibles a todos (Vanneschi). Pero si es un evento capitalista o anticapitalista no niega el hecho de que involucre personas que son afectados diariamente por las grandes redes capitalistas que van a complicar las interacciones entre los participantes. Implica también que la Ghetto Biennale puede tener efectos más allá de sí para los artistas haitianos en el mercado global. En este sentido, cumple su raison d'être no sólo en sacar a la luz los obstáculos al mercado globalizado de arte sino también en desautorizar estas barreras de movilidad sociales, raciales, y económicas.
Conclusiones
Una periodista visitante al festival comentó que, "una escultura minimalista que tiene como fondo la ciudad capital caótica de una nación subdesarrollada es experimentada en una manera completamente diferente que si estuviera en un cubo blanco" (Vanneschi). Su sentimiento se acerca al efecto que tiene una exhibición en las calles de una ciudad bien poblada, aunque perpetua el problemático imaginario extranjero de Haití como tierra exótica de caos. Sin embargo, el fondo de que él habla verdaderamente sortea muchas puertas cerradas del arte bien estimado universal. La Ghetto Biennale alcanza la trascendencia de un espacio internacional por traer los que tienen la oportunidad de viajar a la península haitiana. Para los invitados, es una invitación para superar barreras espaciales. En Port-au-Prince el evento se presenta como una intervención del espacio que utiliza materiales que vienen de ese mismo lugar. El festival cataliza la vinculación de mentes artísticos y diversos del mundo para fomentar diálogos transculturales y transnacionales.
El futuro de la Ghetto Biennale parece anticipar la continuación del empoderamiento artístico haitiano. En 2019, acontecerá la sexta Ghetto Biennale, esta vez con un nuevo tema que la arraiga en el pasado de su contexto. El colectivo invita proyectos que buscan maneras innovadoras de recordar y leer la Revolución haitiana, subrayando en particular versiones surrealistas, mágicas, no-binarias, y queer de la sublevación de esclavos (Gordon). Este año la Ghetto Biennale saca adelante el pueblo con el poder de re-escribir la historia de su nación a su propia manera, transformando no tanto el espacio como el tiempo.
Referencias bibliográficas
ATIS REZISTANZ. "The Sculptors of Gran Rue". https://vimeo.com/14681755. 25 de abril 2019.
CARRIGAN, MARGARET. "The 5th Edition of the Ghetto Biennial Maps Haiti's Creative Landscape". https://observer.com/2017/12/5th-ghetto-biennial-celebrating-caribbean-art- opens-inport-au-prince/. 25 de abril 2019.
DI LISCIA, VALENTINA. "The Transcendent Spirit of Haitian Contemporary Art". https:// hyperallergic.com/468542/potoprens-the-urban-artists-of-port-au-prince-pioneer- works/. 25 de abril 2019.
GORDON, LEAH. "Ghetto Biennale 2009-2015". http://www.biennialfoundation.org/2017/12/ ghetto-biennale-geto-byenal-2009-2015/. 25 de abril 2019.
GORDON, LEAH. "The Ghetto Biennale Is Calling For Applications For Its Fourth Edition And Invites Artists And Curators To Explore What Potentials The Radical Tools, Kreyòl, Vodou and The Lakou, Have To Offer To The Contemporary World". http://www.biennialfoundation.org/ 2015/04/the-ghetto-biennale-is-calling-for- applications-for-its-4th-edition-and-invites-artists-andcurators-to-explore-what- potentials-the-radical-tools-kreyol-vodou-and-the-lakou-haveto-offer-t/ 25 de abril 2019.
VANNESCHI, MYRIAM. "The Many Contradictions of a 'Ghetto Biennale'". h5ps:// hyperallergic.com/100563/the-many-contradictions-of-a-ghetto-biennale/. 25 de abril 2019.